domingo, 12 de enero de 2014

LA LEYENDA DE LAS GUACAMAYAS

En tiempos remotos las tierras de lo que hoy son las provincias de Azuay, y Cañar estaban pobladas por los Cañaris.

Cuentan los viejos que un tremendo diluvio inundó la tierra, de manera que no quedaron mas que dos sobrevivientes: dos hermanos varones que alcanzaron a subir a la cumbre de una montaña y guarecerse en una cueva que estaba en lo mas alto.

Día y noche continuaban las lluvias, pero no alcanzaban la cumbre, porque las montañas se elevaban sobre el nivel de las aguas.

Al fin, después de muchos días, dejo de llover y un hermoso arco iris apareció en el cielo. 

Los dos hermanos se encontraron solos en un mundo totalmente despoblado y silencioso. Tenían mucha hambre, pero no había nada para comer. 




Después de mucho caminar, regresaron a la cueva. Al entrar sus ojos se deslumbraron al encontrar deliciosos manjares servidos encima de una piedra. Disfrutaron de la comida y, recién cuando terminaron, se preguntaron, quien sería el amable que les atendía de esa manera.

Varios días ocurrió lo mismo, y ya no podría de la curiosidad e saber quien les traía tan ricos alimentos. Se escondieron a esperan y asombrados descubrieron que dos hermosísimas guacamayas, aves de vistosos colores, con rostro de mujer, traían en sus alas los alimentos y preparaban la mesa.
Los hermanos atraparon a las guacamayas, las cuales se convirtieron en dos hermosas mujeres que aceptaron casarse con ellos, estas dos parejas sobrevivientes del diluvio, repoblaron la tierra de los Cañaris. Desde entonces, los guacamayas son aves sagradas para los indígenas. 

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